Hace unos meses en Buenos Aires resultaba imposible comprar tomates, su precio estaba por las nubes y hasta se hacía difícil utilizar alguno en ensalada. En aquella oportunidad escribí: Que siga el boicot.
Hoy por suerte en las verdulerías podemos encontrarlo a buen precio, no así en los supermercados dónde aún continúa el curro...
Aprovechando la oportunidad podemos saborear un rico dulce.
Esta mermelada puede utilizarse en tostadas, para preparar masitas o empanaditas dulces, así como alguna tarta.
Vale la pena, es exquisita.
Hasta ahora siempre la había preparado mamá, es una receta que ya pertenecía a la familia, de la época de mi abuela o bisabuela.
Por primera vez la hice yo. Como ven en la fotografía utilicé el tomate sin piel pero con semillas, si gustan se las pueden quitar, pero no inciden en el sabor final.
Ver receta.
1 comentario:
tengo dificultad con el punto de almibar en los dulces, hay veces que me queda muy acaramelado y otras muy liquidas sobre todo en las frutas
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